Características de los niños física y espiritualmente sanos

Los niños sanos son el sueño de todo padre. La definición de saludable, no solo vista desde el aspecto físico, sino también espiritualmente (salud mental). Para asegurarse de que la condición del niño sea buena y saludable, los padres deben reconocer las características de un niño sano física y mentalmente.

Hay muchas formas en que los padres pueden hacer para que sus hijos estén sanos. Empezando por traer niños achequeo visitas de rutina al pediatra, vacunas completas y nutrición para apoyar su crecimiento y desarrollo. Para que los problemas de salud y su crecimiento y desarrollo se detecten lo antes posible, los padres deben conocer las características de los niños que están física y mentalmente sanos.

Características de los niños físicamente sanos

Los niños físicamente sanos significan que los niños están en excelente condición física con un buen crecimiento. Características de los niños físicamente sanos, que incluyen:

  • Hacer actividad física de forma activa

    Los niños que realizan actividades físicas con regularidad tenderán a tener más confianza, serán más fáciles de concentrarse en la escuela, más fáciles de relacionarse con amigos, más fáciles de compartir y trabajar juntos, y dormirán mejor. Sin mencionar los beneficios para el cuerpo como fortalecer huesos, músculos, corazón, pulmones y prevenir la obesidad.

  • Buen crecimiento

    Cada niño tiene una tasa de crecimiento única. Sin embargo, la altura normal y el aumento de peso en los niños aumentarán proporcionalmente. El crecimiento rápido suele ocurrir en la pubertad, es decir, a la edad de 9 a 14 años en las niñas y de 10 a 14 años en los niños. El crecimiento normal o no de un niño se puede conocer a través de una tabla de crecimiento, que puede ser revisada por un médico.

  • Apariencia física saludable

    Un ejemplo es la piel de aspecto saludable, no demasiado seca, rugosa o escamosa. El cabello tampoco se cae, el cuero cabelludo no tiene piojos y las uñas están limpias y no se rompen fácilmente. Además, lengua coloreada rosado, la boca no huele, y los dientes no son caries ni sarro.

Características de los niños espiritualmente sanos

La salud física de los niños es importante, pero no descuide su salud espiritual. La salud espiritual o salud mental está relacionada con la actitud, la personalidad, el desarrollo e incluso las habilidades académicas de los niños.

La salud mental es la forma en que los niños se ven a sí mismos y a su entorno. Esto se relaciona con la capacidad del niño para lidiar con el estrés y los desafíos.

Las características de un niño espiritualmente sano incluyen:

  • Emociones estables

    Los niños mentalmente sanos mostrarán un comportamiento bueno y educado. El niño no muestra rabietas ni es agresivo todo el tiempo. Las emociones tienden a ser estables, rara vez se ven tristes o no se retiran repentinamente.

  • Alegre y confiado

    Los niños son alegres y disfrutan de la vida. Además, los niños se sienten seguros y no tienen preocupaciones o ansiedad excesivas sobre su apariencia física o patrones de alimentación.

  • Fácil de llevarse bien

    Los niños pueden ser independientes y no depender de sus padres. Entonces, cuando se enfrenta a las interacciones sociales, no tiene tendencia a evitar. Los niños se relacionan fácilmente y se llevan bien con otros niños en la escuela y el entorno de la casa.

  • Fácil de aprender

    Los niños no tienen dificultad para concentrarse, por lo que es fácil seguir las lecciones en la escuela.

  • Suficiente descanso

    Los niños pueden dormir bien y lo suficiente todos los días. El niño no experimentó alteraciones del sueño, ya sea dificultad para dormir o para dormir durante mucho tiempo. Idealmente, los niños pequeños necesitan de 10 a 13 horas de sueño. Mientras que los niños en edad escolar necesitan dormir de 9 a 11 horas todas las noches.

Si nota algún cambio físico en su hijo que afecte su salud, consulte a un médico de inmediato. Del mismo modo cuando encuentras un cambio estado animico o el comportamiento de un niño que persiste durante semanas.

Invite al niño a que diga cómo se siente y muestre empatía por sus quejas. Si siente que necesita ayuda o no puede lidiar con un problema que tiene su hijo, consultar a un psicólogo o médico puede ser una solución.


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