Ataques de pánico: síntomas, causas y tratamiento

Ataques de pánico (ataques de pánico) es la aparición repentina de miedo o ansiedad excesivos. Esta condición, también conocida como ataque de ansiedad, se caracteriza por una frecuencia cardíaca rápida, dificultad para respirar, mareos, tensión muscular o temblores. Los ataques de pánico pueden durar unos minutos o hasta media hora.

Los ataques de pánico se pueden experimentar ocasionalmente en la vida, que generalmente desaparecen cuando termina la situación o situación desencadenante. Sin embargo, si los ataques de pánico ocurren repetidamente y durante un largo período de tiempo, la condición se llama trastorno de pánico.

Síntomas del ataque de pánico

Los siguientes son algunos de los síntomas que acompañan a los ataques de pánico:

  • Sudoración excesiva
  • Sentirse inquieto o pensar de manera irracional
  • La boca se siente seca
  • Los músculos se tensan
  • Sintiéndome tan asustado
  • Tembloroso
  • Dificil respirar
  • El corazón late con fuerza
  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Calambres en el estómago
  • Dolor de pecho
  • Nauseabundo
  • Mareos o desmayos

Los ataques de pánico pueden durar de 5 a 10 minutos, pero también pueden ocurrir continuamente dentro de las dos horas. Después de un ataque de pánico, la víctima experimentará fatiga. Además, esta condición también deja un miedo a un nuevo ataque para que el paciente evite situaciones que pueden desencadenar ataques de pánico.

Causas de los ataques de pánico

Cuando una persona tiene un ataque de pánico, el cerebro le indica al sistema nervioso que provoque una respuesta de lucha o huida. Luego, el cuerpo produce una sustancia química llamada adrenalina, que desencadena un aumento en la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y el flujo sanguíneo a los músculos. Estas condiciones surgen realmente para preparar al cuerpo para luchar o evitar situaciones estresantes.

Los siguientes son factores que pueden aumentar el riesgo de que una persona sufra un ataque de pánico:

  • Estrés.
  • Cambios repentinos en la atmósfera, por ejemplo, al entrar en un entorno abarrotado y lleno de gente.
  • Factores genéticos o antecedentes familiares de ataques de pánico.
  • Experimentar traumas o experiencias que lo depriman mucho.
  • Consumo de cafeína, alcohol y drogas.
  • Condiciones que hacen que el paciente se sienta ansioso e incómodo, por ejemplo, cuando ve una película de terror o experimenta turbulencias en un avión.

Diagnóstico de ataque de pánico

Para diagnosticar correctamente y diferenciar los ataques de pánico de los síntomas de otras enfermedades, los médicos pueden comenzar con un examen físico completo. Además, también se realizan varias pruebas de apoyo para establecer el diagnóstico. Estas pruebas pueden ser:

  • Análisis de sangre, para verificar la tiroides y el riesgo de otras afecciones.
  • Electrocardiograma (ECG), para comprobar el estado del corazón.

Si no existen anomalías en los órganos y funciones corporales, se realizará una evaluación psicológica, para conocer el nivel de síntomas, estrés, miedo y otros trastornos que pueden afectar aspectos de la vida del paciente, incluido el consumo de alcohol.

Manejo de ataques de pánico

El manejo de los ataques de pánico tiene como objetivo reducir la intensidad y frecuencia de los ataques para que la calidad de vida mejore. El tratamiento se puede realizar con medicación y psicoterapia. Ambos pueden realizarse simultáneamente o solo uno, dependiendo de la condición y gravedad experimentada.

Drogas

  • Fluoxetina
  • sertralina
  • Venlafaxina
  • Alprazolam
  • Clonazepam

En pacientes con trastorno de pánico, el medicamento debe tomarse durante al menos 1 año. El uso del medicamento no se puede detener de repente, sino reduciendo la dosis lentamente y bajo la supervisión de un médico.

Terapia

Complicaciones y prevención de ataques de pánico

Los ataques de pánico se pueden tratar hasta que se recuperen por completo, siempre y cuando se traten de inmediato. Si se ignora, esta condición puede empeorar y ser difícil de tratar, alterando la vida de quien la padece. Además de sentir miedo constante, las complicaciones que pueden surgir de un ataque de pánico son:

  • La aparición de una fobia o miedo a algo.
  • No quiero socializar
  • Los problemas surgen en el trabajo o en la escuela.
  • Métete en problemas financieros
  • Adicción al alcohol o las drogas.
  • Depresión
  • La aparición del deseo de suicidarse.

No existen medidas preventivas específicas contra los ataques o trastornos de pánico, aparte de la autoconciencia para afrontarlos inmediatamente antes de que estas afecciones empeoren.


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